lunes, 22 de diciembre de 2014

¿POR QUÉ SE PRODUCEN ERRORES EN WINDOWS?

¿POR QUÉ SE PRODUCEN ERRORES EN WINDOWS?

Con el tiempo, estudiando las preguntas sobre fallos de Windows (ya sea XP o Vista, que para el caso que nos ocupa es exactamente lo mismo), he llegado a una serie de conclusiones sobre cuáles son las causas de muchos de los fallos de funcionamiento de Windows.

Para empezar hay que dejar claro una cuestión. Windows no es perfecto ni mucho menos, pero tampoco es tan malo ni tiene tantos fallos como muchos pretenden (interesadamente en casi todos los casos). Si tenemos en cuenta las unidades instaladas, el nivel de fallos entra dentro de lo perfectamente admisible, y más si tenemos en cuenta las causas de un muy importante número de estos fallos.

Vamos a ver en este tutorial algunas de las que he observado:


Utilizar Windows piratas:

Pongo esto en primer lugar no por gusto ni por la política de defensa del software legal, sino porque es algo que he podido comprobar.

En más del 90% de los casos en los que no están disponibles algunas funciones, estas no se ejecutan correctamente, se producen problemas con los usuarios, no se pueden instalar algunos periféricos o programas, no se actualiza Windows y bastantes problemas más, la raíz de estos problemas es simplemente estar utilizando una versión pirata de Windows.

Estas versiones se venden (es una expresión) como Windows mejorados (claro, es que los programadores de Redmond son unos torpes inútiles que no saben lo que hacen), como instalaciones desatendidas o como Windows más ligeros (para utilizarlos en máquinas que no cumplen con los requisitos mínimos), pero en definitiva son sólo eso, Windows piratas y manipulados.

Ante esto caben dos preguntas. La primera de ellas es la siguiente:

Si estos señores son tan buenos como para mejorar el trabajo de Microsoft ¿por qué no ofrecen sus servicios a Microsoft o, mejor aún, por qué no sacan al mercado un sistema operativo propio? Pero eso si, a ser posible que dé menos problemas que las versiones que distribuyen de Windows.

La segunda es más fácil aun. Si lo que queremos es ahorrarnos lo que cuesta una licencia de Windows (que en el caso de equipos nuevos, es decir, licencias OEM tampoco es tanto) ¿por qué no instalar directamente Linux, que es un gran sistema operativo y en el que, mediante virtualización se pueden ejecutar la inmensa mayoría de programas desarrollados para Windows?

Lo que no es coherente es instalar una versión pirata de Windows (o de cualquier otro programa), que ésta nos falle y encima echarle la culpa a Microsoft o a la empresa desarrolladora de dicho software.

Utilizar programas Beta:

Vamos a ver, los programas Beta son eso, programas que están sin terminar, que se publican para que los usuarios los prueben y detecten errores.

Pero no sólo es esto, es que además Microsoft (y casi todas las compañías), hasta que no los publica en su web (advirtiendo siempre que se trata de una versión Beta), tan sólo lo distribuye entre un limitado número de usuarios registrados (los Beta tester), que sí que saben y son conscientes de los problemas con los que se pueden encontrar y cuya misión es precisamente esa, detectar los posibles errores.

Estos Beta tester, en la mayoría de los casos, tienen a su disposición una ayuda por parte de las empresas para las que realizan este trabajo (asesoramiento, comunicación, herramientas) que el usuario en general no tiene para corregir los posibles errores causados por estos programas, por lo que aún en el caso de producirse estos fallos los pueden solucionar de forma mucho más rápida y mejor.

Ante esto mi consejo es el siguiente:

1. No instalar una versión Beta hasta que no se publique en la web oficial del programa en cuestión (por mucho que haya cincuenta webs que nos lo estén ofreciendo), ya que hasta ese momento es casi seguro que esa versión nos va a causar algún fallo.

2. Aun así, salvo que tengamos la suficiente experiencia, no instalar una versión Beta de ningún programa.

3. Si a pesar de todo la instalamos, hay que ser plenamente consciente de que ese programa puede no funcionar bien o causar algún problema. Si se producen estos fallos no es cuestión de poner verde al desarrollador de turno, que nos está advirtiendo claramente de que se trata de una versión Beta.

Virus y malware:

Esta es con mucho la segunda causa de mal funcionamiento de Windows. Y en parte es una causa fácil de evitar. Basta con tener instalado un antivirus y con tener mucho cuidado con los sitios por los que navegamos... y los programas que utilizamos (sobre todo si utilizamos programas del tipo P2P).

A este respecto quiero hacer un par de matizaciones:

La primera es que los antivirus que usemos deben estar totalmente actualizados.

La segunda es que hay bastantes antivirus gratuitos en el mercado. Cualquiera de ellos nos va a dar mucha mejor protección que un antivirus pirata y de versión antigua.

La tercera y muy importante. Tener instalados multitud de programas antivirus, anti espías y anti lo que sea no nos va a proteger mejor. Simplemente nos va a causar conflictos en nuestro ordenador, nos va a ralentizar su funcionamiento y muy probablemente va a permitir la entrada de algunos virus que en el caso de tener sólo un antivirus y un anti espías instalado lo más probable es que se hubieran detectado a tiempo y no hubieran entrado en nuestro sistema, a lo que hay que añadir los avisos de falsos virus que al tener más de uno se producen, ya que es bastante normal que un antivirus detecte como virus determinados archivos de otro antivirus.

Y a todo esto hay que añadir lo siguiente: Si un programa anti malware (ya sea antivirus, anti espías o demás) nos detecta un virus y no nos deja ejecutar una acción, la solución no es desactivar el antivirus, es eliminar inmediatamente ese fichero o el programa completo si fuese necesario.

Fallos de hardware:

Este es otro de los motivos de errores en Windows (y sobre todo de la aparición de las ya clásicas pantallas Azul Windows.

Windows es bastante exigente en cuanto al estado del hardware (memorias, disco duro, gráfica), por lo que un fallo en estos componentes provoca un fallo en Windows (normal, por otro lado).

Es en especial sensible al estado de las memorias y del disco duro, por lo que debemos estar muy atentos a cualquier fallo de estos componentes.

En este apartado hay también que incluir todos los fallos que pueden causar drivers inadecuados, mal instalados, de versiones diferentes a las que soporta el hardware que tenemos y demás cosillas por el estilo.

Fallos provocados por el usuario:

Bien, aquí tocamos un tema algo delicado. Veamos. Uno de los principales problemas de Windows es una de sus grandes ventajas, y es las múltiples posibilidades de manipulación por parte de los usuarios. Esto (o más bien la falta de esto) es una de las cosas que hacen que Linux dé menos problemas (aunque cada vez está empezando a dar más, ya que cada vez son más los usuarios de Linux que siguen la misma pauta de comportamiento que con Windows).

Muchas veces se ha dicho que Linux es para expertos y que Windows lo trastea cualquiera. Pues bien, ese lo trastea cualquiera se ha convertido en una fuente de problemas. ¿Y por qué ha ocurrido esto? Pues por una razón muy sencilla. Una cosa es que haya que ser un experto y otra que se pueda tocar sin tener ni idea de lo que estamos haciendo, que es lo que ocurre con demasiada frecuencia. Se eliminan archivos del sistema (por si acaso...), se eliminan carpetas que son necesarias e incluso se llega a tocar el registro de Windows, y todo esto (y eso lo he podido comprobar en nuestro foro y en otros foros, por las preguntas de algunos usuarios) sin tener la más mínima idea de lo que estamos haciendo, simplemente porque alguien nos ha dicho que lo hagamos.

La excusa de Eliminé sin querer un archivo vital del sistema no es válida, ya que en esos casos hay que cumplir una serie de condiciones y además Windows siempre pide confirmación de la operación (a veces incluso dos o tres veces), incluso en muchos casos hay que activar que se nos muestren las carpetas y archivos ocultos o del sistema.

No leer

Si, es correcto. Muchos de los fallos que se producen se pueden evitar simplemente leyendo los mensajes de advertencia que Windows nos muestra en pantalla, y esto empieza por leer las pantallas que nos salen durante la instalación.

Si ejecutamos una acción y Windows nos muestra una ventana diciendo que esa acción es potencialmente peligrosa y que puede causar un mal funcionamiento de nuestro sistema, es más que probable que cause este mal funcionamiento (ya saben, la conocida Ley de Murphy), y además Windows nos lo está advirtiendo claramente.

Falta de actualizaciones:

Es muy importante tener Windows correctamente actualizado, pero hay muchos usuarios que no comprenden esto y no actualizan correctamente su Windows, y esto no pasa sólo en el caso de Windows piratas, sino que incluso pasa en casos de Windows totalmente originales, simplemente porque alguien le ha dicho que las actualizaciones no sirven para nada y que es mejor no instalarlas.

A este respecto les recomiendo que lean el tutorial Importancia de las actualizaciones de Windows.

Temas y plugins:

Es este otro tema que suele ser causa de muchos problemas, ya que en demasiadas ocasiones bajo esto se esconden malware de muy diferentes tipos.

Estos plugins no sólo instalan fondos de pantalla, cursores e iconos, sino que en muchas ocasiones tocan aspectos más profundos de Windows (incluido registro), que en la mayoría de ocasiones no hacen más que provocar fallos.

Son especialmente peligrosos aquellos que intentan dar el aspecto (y peor aún, algunas de sus características) de sistemas diferentes al nuestro, como los ya conocidos de transformar la apariencia de XP a Vista o a OS Mac.

Barras de navegación:

Las barras de navegación son otra causa de problemas, sobre todo porque en muchísimos casos, bajo la apariencia de defendernos contra intrusos lo único que hacen realmente es facilitar la entrada de estos y de todo tipo de malware. Con estas barras hay que tener muchísimo cuidado. Cierto que hay varias que son útiles, como la de Google, la de MSN, la de Yahoo y alguna más, pero hay multitud que, como ya he dicho, sólo son una fuente de problemas.

Programas optimizadores y aceleradores:

Pues más de lo mismo. Hay muy pocos programas optimizadores que realmente funcionen bien y prácticamente ningún programa para acelerar nuestro Windows. Milagros no hace nadie, y acelerar Windows quitando componentes o reduciendo servicios es algo para lo que no hace falta ningún programa.

Si bien es cierto que hay algunos programas optimizadores que sí que funcionan (en realidad lo único que hacen es ofrecer al usuario una interfaz más sencilla para realizar algunas operaciones de mantenimiento), ya digo que la mayoría lo único que hacen es causar problemas, y repito, aún con estos programas el usuario debe estar seguro de lo que hace.

Instalación de versión inadecuada para nuestro equipo:

Windows tiene unos requerimientos para funcionar, pero a veces nos empeñamos en hacerlo funcionar en máquinas que no cumplen con estos mínimos. Esto hace que Windows vaya sumamente lento. Hay que cuidar mucho este tema, y si no tenemos una máquina adecuada, simplemente compramos la versión con la que funcione o bien actualizamos nuestra máquina.

Falta de mantenimiento:

Windows necesita unos mantenimientos para estar en perfectas condiciones. Este mantenimiento es bastante fácil y además Windows tiene todas las herramientas que necesitamos para hacerlo. Sobre todo si estamos continuamente grabando y eliminando ficheros hay que utilizar de vez en cuando las siguientes herramientas, que todas están en Inicio --> Accesorios --> Herramientas del sistema:

- Liberador de espacio en disco, con la que eliminaremos tanto los archivos temporales como aquellos que no sean de utilidad.

- Desfragmentador de disco, con la que evitaremos la fragmentación en nuestros archivos, con el consiguiente aumento de la velocidad de nuestro sistema.

Con ejecutar estas dos herramientas cada mes, por ejemplo, es más que suficiente para evitar fallos previsibles.

Instalar programas no compatibles con nuestra versión de Windows:

Esto es relativamente frecuente. A veces nos empeñamos en ejecutar un programa que no es compatible con nuestra versión de Windows (y eso que normalmente Windows nos avisa de ello).

Vamos a ver, si un programa no es compatible con nuestra versión de Windows lo que hay que hacer es actualizar el programa a una versión que sí lo sea, no forzar su instalación.

Utilización de herramientas inadecuadas:

Hay en el mercado bastantes herramientas para manipular nuestro sistema. Son especialmente populares las destinadas a modificar las particiones de nuestro disco duro.

Bien, estas herramientas pueden ser útiles para el fín que han sido creadas, pero siempre y cuando se sepa muy bien lo que se está haciendo y, sobre todo, los riesgos que se corren al utilizarlas.

Y, sobre todo, cuando se utilizan sin más y para operaciones para las que Windows ya nos facilita herramientas que funcionan muchísimo mejor con el sistema. Si las particiones se crean y formatean desde el propio instalador de Windows ¿hay algún motivo real para hacer esto con otro tipo de programas? ¿no es más fácil, rápido y seguro hacerlo directamente cuando el instalador lo solicita? Y que conste que esas operaciones están perfectamente explicadas y documentadas en dicho instalador (claro, que hay que leerse las pantallas que salen, que no están ahí por gusto ni de adorno).

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Oleh